Bolsa de floretes de coliflor. Lavas con agua potable antes de consumir. 300 gr.
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Un vegetal clásico del invierno que pertenece a la familia de las crucíferas. Está considerada un alimento funcional por los efectos benéficos de las sustancias antioxidantes y anticancerígenas que contiene y por su alto aporte de fibra. Una porción de coliflor contiene el 77 % del valor diario recomendado de vitamina C. Su aporte calórico es bajísimo.
Cruda: en ensaladas o en hummus por ejemplo.
Cocida: es la forma en la que se suele usar. Puede ser hervida, al vapor, asada, frita, estofada o gratinada.
Cocida, rebozada con huevo y harina y frita; al horno cubierta con Bechamel; gratinada con quesos; en guisos; hecha una mousse o en puré; marinada con soja; croquetas. La lista es interminable.
Su sabor es suave, en ocasiones con un toque dulzón. Durante la cocción desprende gran cantidad de azufre que se evapora con el calor. Esta es la razón del aroma intenso que se percibe al cocinarlo. Pero tras la cocción, el azufre se pierde y aparecen los sabores dulces y a leche.
Agregar leche o vinagre o limón al agua de cocción puede ayudar a neutralizar los aromas a azufre que desprende la coliflor al cocinarla.